lunes, 28 de octubre de 2013

Nuevos derechos (¿o más populismo?)

"Una de las consecuencias de la noción de derechos sociales es que la gente que no ha contribuido nada a la sociedad siente que la sociedad le debe algo".
Thomas Sowell
 
No tendremos un Viceministro de la Felicidad como en Venezuela, pero a partir del año que viene los mexicanos gozaremos de un seguro de desempleo y de una pensión universal garantizada. Y no serán simples beneficios sociales: serán nuevos "derechos humanos" consagrados en los artículos 4, 73 y 123... para que nadie se atreva a quitarlos.

Parece motivo de festejo. ¡Qué mejor que contar con nuevos derechos! El Gobierno está ahí para darnos derechos y llenarnos de felicidad. Ya los desempleados podrán agradecer al Gobierno su seguro de desempleo, para el que no tendrán que pagar primas, y su pensión universal, para la que no tendrán que aportar a un fondo de reserva. Es pura ganancia. La gente recibe sin tener que aportar nada. Para eso está Papá Gobierno.

Ya Andrés Manuel López Obrador demostró lo que se puede hacer con la pensión universal. Si entregas 600 pesos mensuales a los viejitos compras no sólo su voto sino el de toda la familia. Es una ganga. Marcelo Ebrard avanzó más en ese camino con su seguro de desempleo en el Distrito Federal.

El Presidente Enrique Peña Nieto no quiere quedarse atrás. El PRI perdió las elecciones presidenciales del 2000 y el 2006 y no va a permitir que eso vuelva a ocurrir.

Pero la idea populista de que puedes repartir dinero sin costo es simplemente falsa. Esto lo entendimos los mexicanos tras los gobiernos de Luis Echeverría y José López Portillo que protagonizaron la última gran ampliación del Estado mexicano. Algo similar puede ocurrir ahora con Peña Nieto.

Los nuevos derechos constitucionales se están financiando con una fuerte alza en los impuestos y con una ampliación todavía mayor del déficit de presupuesto. El alza de impuestos está diseñada para golpear más a las personas y empresas en la economía formal y llevará al cierre de compañías y a una mayor informalización de la economía. Nada hay de qué preocuparnos, nos dicen los políticos, para eso precisamente está el nuevo seguro de desempleo: para enfrentar el desempleo.

Este seguro de desempleo, sin embargo, se crea sin los pagos de primas que caracterizan a cualquier seguro. No tiene forma de crear una reserva que permita hacer los pagos futuros. ¿De dónde vendrá pues el dinero? Del gasto corriente del Gobierno y del fondo de vivienda de las Afores. Efectivamente, siguiendo el ejemplo del Gobierno argentino de Cristina Fernández, que se robó los fondos de pensiones de los trabajadores para elevar su gasto público, el Gobierno de Peña Nieto está usando el fondo de vivienda de los trabajadores mexicanos para financiar el nuevo seguro de desempleo.

¿Y la pensión universal? Tampoco crea un fondo de reserva. Las pensiones se pagarán directamente del gasto corriente del Gobierno. Por eso hay que subir impuestos y aumentar el déficit. Dice el Gobierno que el déficit es temporal, pero la población de 65 años y más está aumentando a un ritmo acelerado y lo seguirá haciendo, por lo que el costo de la pensión se elevará de manera progresiva hasta volverse insostenible. Por eso había que incluir la pensión como un derecho constitucional, para que nadie pueda quitarla.

Algunos países del mundo, es cierto, han creado sistemas de pensiones y seguros de desempleo generosos porque han alcanzado primero elevados niveles de productividad y de prosperidad. En México no. Estamos siguiendo el camino de Grecia, que adoptó esos generosos programas sin tener la productividad y la prosperidad para sostenerlos. Pero Peña Nieto conoce bien su apuesta. La bomba de tiempo no estallará en su sexenio. Le tocará a un Gobierno posterior.
 
Baja California
La región más afectada por la miscelánea fiscal será la frontera norte, atacada con un doble golpe de IVA y nuevos impuestos a las maquiladoras. Con razón ha surgido ya un movimiento para crear la República de Baja California.

Sergio Sarmiento

www.sergiosarmiento.com

sábado, 12 de octubre de 2013

¿180 grados?

La izquierda está de plácemes. Jesús Zambrano, presidente del PRD, lo ha puesto negro sobre blanco:
 
"Nadie podrá negar que el PRD ha influido para evitar el IVA en alimentos y medicinas, lograr una reforma hacendaria progresiva, avanzar en la eliminación de los paraísos fiscales, reconocer la necesidad de un nuevo régimen fiscal para Pemex, hacer a un lado el dogma del déficit cero para reactivar la economía, y dar pasos decisivos en el establecimiento de un sistema de seguridad social universal y lo hemos logrado gracias a nuestros esfuerzos en el Pacto, en las cámaras y en los distintos espacios públicos" (El Universal, 12/09/13).

El presidente del PRD tiene razón punto por punto. Reconoce claramente lo que el Gobierno de la República disfraza o matiza.

La razón de mantener la exención a medicinas y alimentos no derivó de la coyuntura económica; fue estrictamente política. Por eso el Secretario de Hacienda ratificó que no se abriría ese capítulo en lo que resta del sexenio.

La idea de una reforma progresiva, que se ha traducido en una serie de medidas que golpean a la clase media, tiene también el sello perredista.

Y qué decir del nuevo régimen fiscal de Pemex que se incluye sin amarrar con la izquierda el apoyo a una reforma cabal del sector energético.

En lo que se refiere al "tabú del cero déficit fiscal" la historia no miente. La izquierda -priista y socialista- fue partidaria de la intervención masiva del Estado en la economía y del gasto, vía déficit fiscal, durante los gobiernos de Echeverría y López Portillo.

Por las mismas razones se opuso y denunció a Miguel de la Madrid, Salinas y Zedillo, para no hablar de Fox y Calderón.

De ahí que no sea casual que, en el citado artículo, Zambrano se refiera a que estas "reformas parten del reconocimiento de que el modelo económico y social, de esencia neoliberal, implantado en México desde hace 30 años, no sólo no ayudó al desarrollo del País, sino que agudizó los problemas estructurales de falta de crecimiento económico, desigualdad social y ausencia de oportunidades para las nuevas generaciones, amén de que fácticamente se asume que se ha tocado fondo y que es imperativo un golpe de timón y un cambio de rumbo".

Ése es el lenguaje que AMLO ha utilizado una y otra vez para confirmar la tesis de que la Revolución Mexicana extravió el rumbo en 1982, con la llegada de Miguel de la Madrid a la Presidencia de la República.

Vale agregar que las omisiones de la iniciativa de reforma fiscal son tan importantes y sintomáticas como su contenido.

La miscelánea carece de un mecanismo efectivo para ampliar la base fiscal. Ésa nunca ha sido una preocupación de la izquierda. Si lo fuera, se vería obligada a reconocer que el fin de los paraísos fiscales, es decir, de los regímenes especiales de recaudación, pasaría obligadamente por la eliminación de la exención fiscal a medicinas y alimentos.

Tampoco figura en la agenda la preocupación por simplificar la regulación sobre las empresas ni crear condiciones para incrementar la productividad. Eso explica que el reclamo justiciero de un sistema de seguridad social universal prevalezca sobre cualquier otra consideración y que no se tenga empacho en incrementar la regulación y los costos para las empresas.

Por eso el seguro contra el desempleo supondrá una contribución adicional para los empresarios sin que a cambio se toque la ley federal de trabajo ni el sistema de liquidaciones, que funciona -en los hechos- como un seguro contra el desempleo.

Por todas esas razones no hay duda que la iniciativa de reforma fiscal pasará, como lo ha adelantado el propio Zambrano, con el voto del PRD en el Congreso.

¿Cómo entender lo que está ocurriendo? ¿Como un simple guiño del Gobierno de Peña Nieto al PRD? ¿O como un giro de 180 grados respecto del "neoliberalismo" que se habría impuesto en el País durante los últimos 30 años?

No es posible, por el momento, dar una respuesta definitiva. Porque si uno se atiene a lo que está sucediendo, se podría concluir que el PRI que regresó al poder no es el partido reformador de De la Madrid, Salinas y Zedillo, sino el estatista de Luis Echeverría y López Portillo.

Más aún, la convergencia PRI-PRD en materia hacendaria abriría la posibilidad de un acuerdo de largo plazo que podría convertirse, incluso, en una alianza electoral. No sobra recordar que el PRI se ha asumido siempre como un partido de centro-izquierda.

El mimetismo del Gobierno de Peña Nieto con el PRD, y en particular con AMLO, se puede ejemplificar también con el discurso sobre la violencia y el delito. La marginación y la pobreza se esgrimen como las únicas causas relevantes para explicar esos fenómenos.

De ahí que la agenda de seguridad y cuerpos policiacos ocupe el último lugar en las preocupaciones del Gobierno actual. Baste citar, como ejemplos, el impasse en que se encuentran la Gendarmería Nacional y la unificación de los mandos policiacos.

Así que, si por los elementos enumerados fuera, se podría afirmar, sin lugar a dudas, que el Gobierno de Peña Nieto está tendiendo puentes con la izquierda para forjar una alianza de largo aliento.

La incógnita que queda por resolver en esa ecuación es la reforma energética. Porque, hasta ahora, la única posibilidad que tiene de prosperar la iniciativa presentada por Peña Nieto es en alianza con el PAN. Además que le generará un enfrentamiento, sin cuartel, con toda la izquierda.

En las semanas que vienen sabremos si estamos ante un pragmatismo extravagante, que da un paso a la izquierda para dar dos a la derecha, o ante un giro de 180 grados respecto del "neoliberalismo", como postula Jesús Zambrano.

Jaime Sánchez Susarrey.

martes, 8 de octubre de 2013

El mundo CNTE

Las marchas, manifestaciones, plantones y afectaciones causados por los supuestos "maestros" de la CNTE en semanas recientes han puesto de nuevo en evidencia una faceta corrupta y corruptora de México, nacida y criada en el corporativismo más rancio, que es indispensable dejar atrás si queremos un mejor país.

El Mundo CNTE no nada más es habitado por los integrantes de la CNTE. También lo habitan el SNTE, el SME, el STUNAM, el Sindicato Petrolero... y buena parte de la burocracia parasitaria, federal y estatal, que pulula por todo el país. Muchos Diputados y Senadores le pertenecen, lo mismo que una parte de los aparatos partidistas. Ni qué hablar de los líderes sindicales, comisionados y aviadores; ellos son los reyes del Mundo CNTE.

Este Mundo no se constriñe a una determinada clase social o nivel socioeconómico. También participan los empresarios que viven del Gobierno, así como los que eluden y evaden impuestos. Habría que incluir a quienes reciben subsidios gracias a padrones inflados que confunden a pobres y necesitados con ricos y abusivos. Qué decir de la informalidad: casta divina.

Entre los deportes favoritos que se practican en este Mundo se cuentan el chantaje, la extorsión, la toma de Secretarías, la marcha violenta, la consigna como antídoto a la razón, el cochupo, el 10 por ciento, la licitación a modo y las ya consagradas plazas vitalicias así como su venta y herencia. Quien no es docto en esas artes no puede ser líder en el Mundo CNTE y se tiene que ajustar con las migajas.

Hay varias características de sus habitantes. Una fundamental es que son vividores del presupuesto. Sí, viven del erario, pero se rehúsan a rendir cuentas a la sociedad de la que viven. En ese sentido, estamos hablando de un Mundo parasitario, antropófago.

Los integrantes del Mundo CNTE se escudan en una retórica "nacionalista", pero abusan de la Nación. Dicen defender la democracia, pero en realidad la denuestan con prácticas autoritarias. Dicen defender la educación pública cuando en realidad la han privatizado y pauperizado. Dicen defender la libre empresa, pero combaten la libre competencia. Dicen defender la "soberanía" de la Nación sin jamás dar prueba de un verdadero amor o servicio a México.

Otros cínicos ni siquiera disfrazan su abuso en retórica barata: simplemente abusan.

La luz es al Mundo CNTE lo que la kriptonita a Supermán. Su archienemigo es la transparencia, la rendición de cuentas. Por eso su objeción a evaluaciones y censos, al concurso de plazas, a la medición o presentación de resultados, a las auditorías. ¡Nada de cuentas! ¡Jamás! -es la consigna que se oye en ese mundillo infame.

Otro rasgo de quienes ahí habitan es que su corrupción es tan profunda, tan corrosiva, tan de tuétano, que están convencidos de que su accionar es una lucha para defender "derechos adquiridos" o "derechos laborales" o "derechos políticos". Resulta increíble que no reparen que muchos de esos "derechos" fueron obtenidos de manera ilegal: pagos y prebendas fuera de la ley, sueldos que no corresponden a servicios prestados, permisos, contratos y concesiones mal habidos...

Pero ellos no lo ven, pues hay que defender "el negocio" aunque se afecte a otros. En ese sentido, el Mundo CNTE es profundamente egoísta. Su lema es "¡Para mí, para mí y para mí, los demás que se chin...!".

El reciente estudio de Mexicanos Primero, "(Mal)Gasto" ( www.mexicanosprimero.org ), describe los medios que utiliza parte de ese Mundo para capturar el presupuesto educativo, lo que resulta en líderes sindicales pudientes, maestros coaccionados y afectados, y escuelas y niños abandonados.

¿Cuándo le hemos escuchado a alguno de los residentes del Monumento a la Revolución que su lucha es para garantizar que los niños nunca pierdan clases y defender su derecho a una educación de calidad? ¡Nunca! Ni se les ocurre. El tamaño de la distorsión: ¡un sistema educativo que se olvidó de los niños y jóvenes y de los verdaderos maestros!

México ya no puede seguir cargando a cuestas con el Mundo CNTE. Le pesa demasiado, le sale carísimo. Le quita recursos. Peor: le corrompe.

No podemos permitir que este cáncer haga metástasis. El mejor antídoto es la transparencia y la aplicación de la ley y un cambio cultural donde la corrupción provoque vergüenza y no sea considerada "normal".

México se juega mucho más que la reforma educativa en estos momentos. Está en juego el alma de México. O nos definimos por el trabajo, la transparencia, la honestidad y el servicio público desde todas las trincheras (pública, privada y social) o seguimos estirando la mano, viviendo del presupuesto y la corrupción y engañando al contribuyente y al necesitado.

El PRI, en buena medida, creó a los monstruos que hoy le acechan. Dicen que han cambiado, que son otros, que se han "modernizado". Todos palpamos el dilema que enfrentan. Ojalá nos den más muestras de su "modernidad".

Y nosotros... a exigírselos y portarnos a la altura.

www.mexicanosprimero.org