sábado, 4 de abril de 2015

Racionar el agua

"La primera lección de la economía es la escasez... La primera lección de la política es no hacer caso a la primera lección de la economía". Thomas Sowell

 

SAN DIEGO.- Mientras el centro y el este de Estados Unidos han sufrido este año impresionantes nevadas, California está padeciendo su peor sequía en los últimos 120 años, el tiempo en que ha habido registros.

 

El estado no ha tenido virtualmente ninguna precipitación en los últimos cuatro años. El equivalente de agua en la nieve de la Sierra Nevada y otras montañas que surten a buena parte del estado se encuentra a niveles de sólo 5 por ciento de lo habitual.

 

Este 1 de abril el Gobernador demócrata Jerry Brown ordenó un sistema de racionamiento que busca reducir el consumo en 25 por ciento en los próximos nueve meses. Es la primera vez en la historia del estado que se ordena un racionamiento para el agua.

 

El esquema establece principalmente restricciones al riego de jardines y parques en escuelas, universidades, cementerios y áreas públicas así como en campos de golf, pero sólo en algunos casos pide a las administraciones locales que revisen sus esquemas de precios.

 

¿Tendrá éxito el racionamiento? Casi le puedo asegurar que no. El sistema está hecho para tener un impacto político, para ganar votos para el Gobernador, pero no para disminuir el consumo. Lo que ocurra en California, a propósito, nos debe importar a los mexicanos porque muchas regiones de nuestro país sufren también de una gran escasez de agua.

 

La historia demuestra que los sistemas de racionamientos sólo tienen éxito, si acaso, durante periodos muy cortos. En muy poco tiempo los seres humanos desarrollan formas de violarlos. Un sistema libre de precios, en cambio, regula de manera eficaz en el largo plazo el consumo de cualquier producto.

 

En su libro "Basic Economics: A Common Sense Guide to the Economy", Thomas Sowell recuerda el sitio de Amberes, la ciudad de Flandes, por el Ejército español en el siglo 16. Las tropas españolas redujeron la provisión de alimentos, pero al subir los precios se generaron incentivos para el contrabando de productos, lo que mantuvo el abasto y permitió a los pobladores resistir el sitio. Sólo cuando las autoridades establecieron controles de precios dejó de haber alimentos y Amberes tuvo que rendirse por hambre.

 

Si el Gobierno de California realmente quisiera derrotar a la escasez de agua, debería establecer un sistema libre de precios. Racionar el agua en jardines no es solución. Las granjas de California son las mayores usuarias de líquido y subsisten, a pesar de la aridez del estado, gracias a un sistema que les garantiza la provisión de agua a precios subsidiados.

 

Un sistema de precios libres para todos generaría recursos para mejorar la infraestructura de transporte y extracción de agua y llevaría incluso a nuevas técnicas como la desalinización del agua marina que sólo son posibles cuando el precio alcanza niveles muy altos. También desmotivaría aquella producción agrícola que por su consumo de agua ya no tiene lugar en un estado tan seco.

 

Un ejemplo de la eficacia del sistema de precios lo vemos en el petróleo. La creación de una escasez artificial por los países de la OPEP sólo sirvió para generar incentivos para nuevas tecnologías de producción en países con sistemas de precios libres como Estados Unidos.

 

La escasez de agua es un problema real que no va a desaparecer. Lo más probable es que empeore por el calentamiento global. Necesitamos por lo tanto soluciones reales.

 

El racionamiento no sirve más que para convencer a los electores de que el gobernante se preocupa por el problema. Quizá genere votos, pero no logrará un mejor uso del agua.

 

La verdadera y única solución es establecer un sistema de precios libres, sin subsidios ni tratos especiales ni a agricultores ni a nadie más, que cambie de fondo los patrones de consumo del agua.

PIPAS PARA LOS POBRES

La falta de un sistema real de precios del agua en la Ciudad de México es responsable de que los pobres, que reciben agua en pipas, paguen mucho más por el agua que los ricos.

 

Sergio Sarmiento

www.sergiosarmiento.com